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El desafío del agua en Chile: desalinización y transporte como solución a la crisis hídrica

Diciembre 9, 2024

Chile enfrenta una de las crisis hídricas más severas de su historia, especialmente en el norte del país. El cambio climático y el aumento de la demanda de agua en industrias clave como la minería y la agricultura han llevado a un punto crítico la disponibilidad de agua continental. En este escenario, la desalinización y el uso de agua de mar emergen como alternativas viables para satisfacer las necesidades industriales y sociales. Sin embargo, el costo y la complejidad del transporte del agua desalada hacia zonas de consumo, especialmente aquellas ubicadas a gran altura, representan un desafío significativo.

La crisis hídrica en cifras

Según un estudio de la Asociación Chilena de Desalación y Reúso (ACADES), el costo de desalar agua de mar en plantas grandes varía entre 1 y 2 dólares por metro cúbico. Aunque este costo es competitivo en comparación con otras fuentes de agua, se incrementa considerablemente al incluir el transporte hacia las áreas de consumo. Por ejemplo, mientras el costo de desalinización en la costa ronda los 1.4 USD/m³, transportar esa misma agua a 3,200 metros de altitud puede elevar el costo total a 5.6 USD/m³.

El reto del transporte: distancia y altitud

Ignacio Fuentes, Business Development Manager en Techint Ingeniería y Construcción, destaca que el transporte de agua desalada depende en gran medida de la distancia y la altitud de los centros de consumo. “La geografía de Chile, con suelos montañosos y duros, añade una complejidad significativa a la instalación de tuberías”, explica. La definición precisa del ruteo de los ductos, realizada por expertos en diseño de sistemas de impulsión, es esencial para minimizar los costos operativos y de instalación.

Factores económicos y ambientales

Rafael Palacios, director ejecutivo de ACADES, resalta que los costos operativos también están influenciados por factores como el precio de la energía y el mantenimiento de las instalaciones. En plantas más pequeñas, los costos unitarios aumentan debido a la pérdida de economías de escala. Además, la gestión de terrenos, las obras de construcción y las consideraciones ambientales son elementos clave para evaluar la viabilidad económica del suministro.

Otro aspecto crucial es el consumo energético asociado al transporte del agua. Se estima que transportar agua a altitudes superiores a los 2,400 metros puede consumir tres o cuatro veces más energía que el proceso de desalinización. Esto no solo encarece el proyecto, sino que también plantea desafíos en términos de sostenibilidad.

Soluciones sostenibles: energías renovables y tecnología avanzada

La integración de energías renovables, como la solar y la eólica, ofrece una alternativa prometedora para reducir los costos y mitigar el impacto ambiental. Fuentes subraya que la utilización de fuentes de energía limpia permite que los procesos de desalinización y transporte se realicen sin emisiones de CO2, contribuyendo a un enfoque más amigable con el medio ambiente.

La digitalización y las tecnologías avanzadas también están transformando la eficiencia del transporte de agua desalada. Bombas de alta eficiencia y sistemas SCADA (Supervisory Control and Data Acquisition) están optimizando el uso de energía, lo que resulta en menores costos operativos y mayores retornos para los inversionistas.

Proyectos multipropósito como solución integral

Si bien los costos de desalinización han disminuido en las últimas décadas, replicar estos precios para los usuarios finales sigue siendo un desafío cuando se incluyen los costos de transporte. Palacios propone el desarrollo de sistemas multipropósito que integren diversas demandas de agua y promuevan proyectos eficientes de transporte desde la costa hacia el interior del país.

Este enfoque no solo optimizaría recursos, sino que también involucraría a los gobiernos regionales en la planificación y ejecución de proyectos, garantizando su sostenibilidad y efectividad a largo plazo.

La crisis hídrica de Chile requiere soluciones integrales y sostenibles. Si bien la desalinización es una tecnología prometedora, su implementación a gran escala enfrenta barreras significativas relacionadas con el transporte del agua hacia las zonas de consumo. La clave para superar estos desafíos radica en la combinación de energías renovables, innovaciones tecnológicas y la cooperación entre el sector público y privado.

El agua desalada no solo debe ser una respuesta inmediata a la escasez, sino también un componente esencial en una estrategia de gestión hídrica que considere las necesidades futuras del país. Así, Chile puede avanzar hacia un modelo más sostenible y resiliente, capaz de enfrentar los efectos del cambio climático y garantizar el acceso al agua para sus comunidades e industrias.